Estaba sentada ante la ventana aquel dia.
Contemplaba absorta la lluvia caer
a traves de la ventana.
Me hallaba relajada y distendida en ese momento.
La escuchaba caer cautelosa pero incesante.
Ruidosa anque a veces ahogada.
Deseaba hacerme participe de ella.
De su contacto.
De su frescor.
De su indudable presencia.
Me dirijí al dormitorio como automata,
abriendo el armario y disponiendome
a enfundarme en mi ropa y salir.
Deseaba hacerlo.
Deseaba sentir ese contacto.
Deseo despierto tan solo con su sonido.
Necesitaba algo más.
Mezclarme con ella.
Empaparme de ella.
LLenarme de todo lo que conlleva.
Me puse mis vaqueros y jersey,
mi abrigo y mis botas,
y me dispuse a salir a la calle.
La gente se guarecia de ella como podia.
En sus paraguas.
Tras las capuchas de sus chaquetas.
Bajo los balcones que timidamente sobresalen.
Cada uno lo hacia a su manera.
Yo al reves.
La buscaba y necesitaba.
No quiero paraguas,ni capuchas ni balcones
ante su sola presencia.
Quiero ser suya.
Pertenecerle.
Dejarla caer sobre mí poseyendome.
Empapandome.
Ande y ande bajo su presencia
durante largo rato.
Ni siquiera recuerdo cuanto fué.
Me parecia demasiado corto.
Sin saber como,
habia ido llenandome de su mojadez.
De su olor.
De toda ella.
Iba paseando y gozando de todo aquello
que despierta a su paso.
El alquitran del asfalto huele más.
Las aceras resbalan más.
La hierba huele más y mejor.
Sin saber como
y divagando en todo lo que sentia en mí,
me percate donde mis pasos me habian llevado.
Me hallaba rodeada de arboles,hierba y flores.
Mis pasos me habian llevado al parque
silenciosamente y sin preguntar.
Allí estaba.
Mojada entera,pero feliz.
Dichosa de poder disfrutar de las sensaciones.
Me cobijé bajo el porche de la caseta del bar
sito en las inmediaciones
y allí parada,
la contemplé como si fuera la primera vez.
Como si nunca antes la hubiera visto.
Agudicé mi olfato
para llegar más allá de mi sentido.
¡Como me llenaban esos perfumes¡.
Tierra,hierba,piedra,agua...
Todos elevados a la máxima potencia.
A su mayor punto de olor.
Entonces me dí cuenta,
que en mí,no solo era eso.
despertaba mucho más.
Despertaba todos los sentidos.
No solo el olfato,cual innegable.
Despertaba mi vista.
Todo con ella coge un tono mas intenso y fuerte.
Toma más color sin saber porqué.
La hierba es más verde.
Las piedras recobran ese brillo especial.
Las flores parecen llorar de alegria.
Despertaba mi oido.
Se agudizaba al máximo.
La oigo a ella,
pero tambien oigo,
el silencio que la rodea.
Despertaba mi tacto.
Viendola caer ,deseaba tocarla.
Mojarme y sentir ese frescor puro.
Ese caer continuo y ordenado,
que no lastima mi piel al notarlo.
Despertaba mi gusto.
Mediente el olfato,
aviva mis papilas y
las sensibiliza mucho más.
Siento los sabores en mayor profundidad.
Tambien diré,
para aquellos que sí creemos
en ese sexto sentido,
que en mí,
tambien lo despierta.
Ese sexto sentido,
que agudiza los sentimientos.
Ese sexto sentido,
que nos hace indagar
en nuestra profundidad.
En nuestro ego interno.
Sí.
Así me sentía yo.
Plena.
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