jueves, 10 de marzo de 2011

ASI ESTOY YO





Ahora mis parpados se besan y entonces te siento cerca. Sentados y amándonos desde nuestros silencios. Sobre los cabellos verdes de la tierra, mientras el samán nos cobija con su sombra.

Estoy en tus pupilas, y tus ojos me guardan, ya no me olvidan. Estas en las mías, y te retrato como siempre.

En la otra orilla del lago zarpa un barquito blanco hecho de inocencia y papel. Su capitán: tan joven que no navegaría uno de verdad; que dulce providencia que tripule desde esa orilla y con el viento, ese barquito de papel, y no de sudor y metal. Lo empujan las brisas mansas que tocan al lago y lo hacen tiritar. La misma brisa que empuja los arboles, sus ramas y sus hojas.



Te sigo viendo, y te amo. Desde mi piel oscura y curtida. En este lugar sin tiempo, sin mañana, sin crepúsculo, sin tarde, sin olvido. Mis parpados se están amando, ahora si estás conmigo.

Estamos juntos aquí sentados, respirándonos la vida que el amor le robo al tiempo y la amaso en nuestros cuerpos. Queriendo correr más rápido, corriendo con la brisa para hacer al tiempo más lento, para robarle la vida y a tus labios un beso.

La misma brisa que empuja aquel barco, ahora baila con las ramas del samán. Ahora las hojas murmuran, las acerca el viento. Y tú las oyes, y yo las oigo. Deben ser grandes secretos que guardan los arboles, y que las hojas murmuran. Debe ser muy sabio y viejo para murmurarle al viento tantas cosas que no entiendo.



Mientras, te sigo viendo, y te amo. El árbol, testigo discreto y silente nos protege con su sombra, y respiramos su aliento de madera y orquídea. Tu mirada parlante me solicita un beso y musita un “te amo”, y yo, me marcho de mi mismo para besar tus labios y repetirte el verso que tus ojos escriben.

Tu mirada parlante quiere tocar mi oído, va por mi oreja caminando con el viento. Si, ahora estas en el viento con tu voz y tus silencios, con tus sollozos, con tu fuerza, con tus temblores y tu ruido.

Entonces, despierto porque mis parpados ya no se besan, y tú, te vas. El halito de tu piel, lo respira otro cuerpo y lo guarda otras manos. Y te amo, y te extraño


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