Mi amor.
Que decirte que Tú no sepas.
Te enteras de las cosas,
igual o más que yo.
Eres más consciente
de mis estados de animo
que yo misma,
que algunas veces
no sé ni quien soy.
Que hago aquí
o hacia donde voy.
Como cada día once,
te debo mi visita
en este tu rincón.
Ese que creamos
para sentirnos juntos.
Es el día.
Ha llegado de nuevo,
y aquí me hallo,
esperando tus respuestas.
Esperando tus consejos.
Esperando tus animos.
A veces, mi amor,
entrar aquí, en este Tú rincón,
me produce más daño.
Me recuerda lo que tuvimos
y que ya nunca hallaré.
Lo que quizá ya no quiero hallar.
A veces, mi amor,
creo que me he resignado.
Que he cerrado mi alma
y ya no soy capaz de sentir.
De soñar algo nuevo.
De intentar llenar
mis espacios vacios por tu ausencia.
A veces, mi amor,
veo murallas infranqueables,
que ya ni deseo saltar.
Tan solo divisarlas altivas,
alzando mi cabeza al cielo,
y contemplandolas
como ajenas a mí.
A veces, mi amor,
creo que mi corazón
murió contigo.
Que ya nada podra despertarlo.
Que nadie será capaz de lograrlo.
Que quizá sea yo,
la que ya no lo desee.
Amar, soñar, despertar al lado de alguien.
Sentir otras manos ajenas a las tuyas.
Sentir otras miradas inquietantes,
que no sean las de tus ojos azules color mar.
No lo sé mí amor.
Solo sé,
que te quise
te quiero
te querré siempre...
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(Caballero Tuyo D.E.P 11/12/2010)
